Los dos santos más representativos y venerados de
la orden carmelita son: santa Teresa de Ávila, teóloga de la Iglesia, fundadora
de las carmelitas descalzas, y san Juan de la Cruz, teórico y poeta de la misma
orden. A santa Teresa se le atribuye el logro de llevar a la práctica la regla que
dio origen a esta congregación, la cual se extendió a la rama masculina con el
apoyo de san Juan de la Cruz. ¿ En esta obra ambos fueron representados en
actitud sumisa y devota, arrodillados ante su gran patrona la virgen del Carmen
con el Niño en brazos. Está coronada como emperatriz y ataviada con un manto
cubierto de estrellas doradas que se relaciona con los atributos marianos. La
dureza de su rostro, la forzada inclinación de su cabeza y flexión de sus brazos
denotan una rigidez que contrasta con la expresión de dulzura de los santos. El
Niño, semidesnudo y sentado sobre un paño blanco, muestra en su rostro y
postura la misma expresión hierática que su madre. A sus pies aparece un grupo
de tronos -ángeles que soportan la figura de la Virgen-, En la parte superior, el
artista pintó un conjunto de ángeles músicos que enmarcan al Espíritu Santo,
quien corona la escena con un fuerte halo de luz. ¿ Santa Teresa de Ávila porta
la vestimenta de las carmelitas descalzas: toca y hábito oscuro con capa clara.
Sus manos expresan su admiración y devoción por la Virgen, mientras que san
Juan de la Cruz adquiere un gesto mucho más emotivo delante de su patrona.
El artista omitió algunos elementos iconográficos que caracterizan a ambas
figuras, por ejemplo: el escapulario, el birrete doctoral y la flecha que hiere
el corazón ¿ Esta obra fue albergada en la Pinacoteca Virreinal de San Diego e
ingresó al acervo d 1 MUNAL en
el año 2000.