Imagen localizada en el catálogo de la exposición página 168, 170
Descripción:
"San Alejo se encuentra en el centro de la composición, parado sobre una base, como una figura escultórica. Detrás de él, en una arquitectura con arcos de gran profundidad, se desarrollan tres escenas. Una muestra al santo acostado bajo la escalera. La inmediatamente superior a ésta representa el momento en que se anuncia la muerte del santo, mientras su padre escuchaba una misa celebrada por el papa Inocencio I, con la presencia del emperador Honorio. Es muy interesante que, a pesar del deterioro, detrás del papa se ve la figura de sotana negra y bonete que permite identificar a un miembro de la Compañía de Jesús. No obstante el anacronismo de dicha presencia en la pintura, saber que ésta estaba en el claustro de La Profesa es como un guiño entre la obra y los espectadores. La tercera escena narrativa, en el lado izquierdo, transcurre en la calle y hay muchos soldados y el propio rey. Es posible que cuente el momento en que van a reconocer el cadáver del santo, muerto en la escalera de la casa de su padre.
Se puede hacer el análisis de las zonas originales del cuadro: sin duda la parte superior de la figura del santo, desde arriba de las rodillas, donde cae la borla que sujeta la capa, parte de las dos manos, la capa, los hombros, parte de la cara, el ojo izquierdo son los más intactos. Los personajes del fondo, como los de las escenas de martirio de los Santos Justo y Pastor (cat.40), están pintados con calidad abocetada, de pincel ligero, y contrastan con los perfiles cerrados del santo del primer plano. La arquitectura de la derecha está bien construida: arcos, ventanas, columnas con columnillas adosadas, óculos, crean un fantástico interior. No se sabe dónde termina la escalera – ambigüedad considerada como una de las características del manierismo-, pero crea una profundidad similar a la que del lado izquierdo genera el paisaje montañoso de perfiles azules. Los personajes de la izquierda están vestidos con calzas cortas, abuchonadas [sic] y con cuchillas, una especie de chaleco corto abierto desde el cuello y la gorguera, de acuerdo con la moda de principios del siglo XVI. Bajo el chaleco aparece una camisa con volados desde la cintura.
El santo lleva una túnica corta gris, atada a la cintura con un lazo blanco con dibujos, de manga larga y un doble galón de oro en los bajos. Las piernas, al parecer, estaban cubiertas con un pantalón verde. Se cubre con una gran capa verde por fuera y roja por dentro, con galón de oro en el borde, que también cierra en el cuello y cae en una borla sobre la pierna izquierda. Las manos son grandes y fuertes y están a tono con el tipo heroico del personaje, cuya figura se recorta contra una columna oscura y recuerda a la de Zurbarán en cuanto a su posición y los fuertes contrastes de luz y sombra. Tanto Zurbarán como Velázquez en su primera época sevillana recurrieron a esta fórmula. Es la figura-monumento, y aun diría más: en ella se resume la función de docere et monere (enseñar y recordar).
A los pies del santo hay una serie de objetos que hablan de su renuncia a las riquezas. Esta zona del cuadro estaba totalmente destruida y ha sido parcialmente recuperada en el proceso de restauración.
En el centro de la parte superior hay un banco de nubes con intensa luminosidad, la cual cae sobre la cabeza de san Alejo, quien tiene su propia fuente de luz en su aureola, detrás de la cabeza. La nube, como ha escrito Stoichita, reviste ostensiblemente el carácter de instrumento de visualización de lo sagrado. En este caso sacraliza no solamente a Alejo, colocado de manera directa bajo su influjo luminoso, sino el relato mismo, otorgándole la calidad de hagiográfico.
La arquitectura del lado derecho del cuadro tiene múltiples focos de luz natural: puertas, ventanas y óculos. El santo está en un interior muy oscuro, porque se recorta contra un pilar de base cuadrada, completamente oscurecido…
Como en otras obras de Juárez, predominan los colores gris, rojo y verde, aunque con cierta mayor intervención de azules (especialmente en el paisaje) y algunos tonos claros, combinados de tal modo que dan la impresión de mucho color." p. 169-171