Ángel Zárraga inició su carrera artística en 1903 cuando ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes. Sus maestros fueron Julio Ruelas, Santiago Rebull y José María Velasco, entre otros. Llegó a París en diciembre de 1904 y para el otoño de 1905 se encontraba en España. Vivió en ciudades como Segovia, Toledo, Illescas y Madrid, donde admiró a los pintores vanguardistas Joaquín Sorolla (1863-1923), Ignacio Zuloaga (1870-1945) y Eduardo Chicharro (1873-1949). Su pintura se vio influenciada por la producción plástica de estos maestros
españoles, a saber: prefirió emplear una paleta oscura, se inclinó a pintar figuras alargadas y rostros con fuerte carga expresiva. Preocupado por su entorno y las condiciones de vida de las clases menos favorecidas, comenzó a plasmar en sus lienzos obras donde mostró la pobreza y desesperanza de la gente con un crudo
realismo, a manera del realismo social. Uno de sus cuadros relativo a este periodo es El viejo del escapulario, donde se aprecian estas características, especialmente en la carga expresiva que Zárraga imprimió en el rostro del anciano; en su mirada y manos se centra toda la fuerza de la composición: son fuertes, expresivas y dejan adivinar la templanza y entereza del hombre retratado. La paleta cromática resulta oscura y el único elemento cálido del lienzo es el pequeño escapulario de tonalidad rojiza que pende de su cuello. El personaje ocupa casi toda la tela, está de pie y se apoya en un bastón que le sirve para sostener su cuerpo, al tiempo que le confiere estabilidad y equilibrio a la obra. Es probable que esta pieza formara parte de las cinco obras que el artista presentó en la muestra colectiva internacional que llevó a cabo el Museo del Prado en 1906 y en la del Círculo de Bellas Artes en 1907, y se tiene conocimiento que fueron bien recibidas por la crítica española. En el mismo año, Zárraga regresó a México y presentó 26 obras en una exposición individual que le organizó la antigua Academia de San Carlos, entre las cuales se incluyó esta pieza. El viejo del escapulario pertenece a la primera etapa artística del pintor duranguense y se ha presentado en un gran número de exposiciones. Esta obra ingresó al MUNAL como acervo constitutivo en 1982.
Ana Ortíz Islas