Museo Nacional de Arte

La mañana de Ávila




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La mañana de Ávila

La mañana de Ávila

Artista: DIEGO RIVERA   (1886 - 1957)

Fecha: 1908
Técnica: Óleo sobre tela
Tipo de objeto: Pintura
Créditos: Museo Nacional de Arte, INBA Acervo Constitutivo, 1982
Descripción

En la obra se aprecia un vasto panorama del fértil valle de Amblés, en la parte meridional de la provincia de Ávila (España), al pie de la ciudad "de los Caballeros".  La plateada cinta del río Adaja recorre el tercio inferior de la tela formando una diagonal descendente, de izquierda a derecha; la bordean en forma irregular grupos de árboles esbeltos, posiblemente álamos.  Al fondo se alzan las eminencias de la sierra de Ávila.

En el primer plano hay campos de labranza, que contribuyen a subrayar la amenidad del sitio.  Un gran árbol cierra la composición por el extremo derecho, a manera de bastidor lateral, pero no alcanza a verse ni su base ni su cima.  Al omitirse así toda referencia al suelo o paraje donde el espectador estaría idealmente situado, se produce una sensación de flotamiento sobre el valle evocado por el pintor.


Una ventana al Arte mexicano. Museo Nacional de Arte. CD ROM 1997

Durante su primera estadía en España, entre principios de 1907 y la primavera de 1909, Rivera alternó las estancias de estudio en Madrid (donde asistía al taller de Eduardo Chicharro) con recorridos por distintas regiones de la península.  Entre otros lugares, visitó la ciudad castellana de Ávila, uno de los sitios favoritos de "peregrinación" intelectual de la "gente del 98", es decir, de los escritores y artistas finiseculares que pretendían desentrañar y expresar la "esencia" genuina del "alma nacional", luego de la pérdida de los últimos vestigios del otrora extenso imperio español, en donde el sol no se ponía.

La pintura figuró en la exposición "Chicharro y sus discípulos", que tuvo lugar en el taller madrileño del joven maestro español en septiembre de 1908.  A su regreso a México, en 1910, Rivera incluyó el cuadro en la exposición de sus trabajos que la Escuela de Bellas Artes organizó en el mes de noviembre.

Formó parte del lote de siete cuadros adquiridos por el gobierno mexicano, en 1911, para enriquecer la galería de pintura moderna de la antigua Academia; fue comprado en 500 pesos.  Pasó al acervo constitutivo del Museo Nacional de Arte en 1982.

 

Fausto Ramírez

 

BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL

 

Favela, Ramón.  El joven e inquieto Diego María Rivera (1907-1910). Instituto Nacional de Bellas Artes, Museo Estudio Diego Rivera, INBA, México, 1991.

 

Ramírez, Fausto.  "El valle de Amblés, primera síntesis de la experiencia mexicana y europea de Diego Rivera", en Memoria, Museo Nacional de Arte, INBA, México, núm. 2 (1990), págs. 89-95.

 

 



Guía del Museo Nacional de Arte. México 2006. Pág. 206-207. Margarita Arnal Fernández

Diego Rivera nace en la ciudad de Guanajuato el 8 de diciembre de 1886; años más tarde, la familia se traslada a vivir a la ciudad de México, donde Diego comienza las clases de pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1907 recibe una beca por parte del estado de Veracruz para ingresar al taller del artista español Eduardo Chicharro (1873-1849) y de esta manera perfeccionar sus estudios. Una vez en España, se entusiasma con la obra de Joaquín Sorolla (1863-1923) e Ignacio Zuloaga (1870-1945). Animados por la búsqueda de nuevos temas, Rivera y Chicharro emprenden un viaje por España, recorriendo diversas provincias de ese país. Existen cinco obras que marcan su paso por la ciudad de Ávila, que sin duda dejó gran impresión en el artista: La puerta de san Vicente de Ávila, Nocturno, La Virgen de la cabeza y, las dos que nos ocupan, La mañana de Ávila o El valle de Amblés y La hora tranquila o La calle de Ávila o Paisaje de Ávila. ¿ La amplia vista del valle de Amblés, localizado muy cerca de la ciudad de Ávila, es un claro ejemplo de las innovaciones artísticas que Rivera aprendió en su viaje por España. Al fondo se observa la sierra de Ávila, que se confunde con el cielo tan magistralmente logrado; debajo de la montaña se continúan los planos superpuestos al estilo de la pintura de José María Velasco, maestro de Diego en la Escuela Nacional de Bellas Artes. El río Adaja cruza diagonalmente el paisaje separando la obra en dos partes; del lado izquierdo se aprecia un árbol de alto tronco y poco frondoso, típico de esa región castiza. La superficie etérea, que el artista logra a través de suaves matices en las tonalidades, lleva al espectador a introducirse en la composición y refleja a la vez un paisaje desolado. ¿ En La calle de Ávila, realizada también en 1908, el autor describe un acogedor rincón de la misma ciudad; el eje central de la obra es la calle que, empinada, desvía la mirada del espectador hacia las casonas que se observan al fondo y corresponden a la arquitectura típica del lugar. Estas obras ingresaron al MUNAL como parte del acervo constitutivo en el año 1982.

 

Margarita Arnal Fernández