Museo Nacional de Arte

Fernando José Mangino




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Fernando José Mangino

Fernando José Mangino

Artista: JUAN BELLIDO   (1829 - ¿?)

Fecha: 1856
Técnica: Yeso patinado
Tipo de objeto: Escultura
Créditos: Museo Nacional de Arte, INBA Acervo Constitutivo, 1982
Descripción

Descripción

 

Una doble hilera de los rulos de la peluca que porta enmarcan el rostro cuadrado del fundador administrativo de la Academia, Fernando Mangino. La peluca termina en un gran moño y se entrelaza con los pliegues del manto, el cual apenas deja ver unas pequeñas orejas. Una muy leve sonrisa, apenas esbozada, da a su rostro una expresión dulce e inquisitiva que se remarca por su mirada frontal. El gesto lo completa una ceja más subida que otra, y una frente libre de fruncimiento. La edad se trasluce en los pliegues de la papada que contrastan con el estiramiento de la piel que reduce el retrato a un artificio. El tórax desnudo es cubierto en los hombros por un manto, que deja visibles las afinadas clavículas.


 

Comentario

 

En los primeros ocho documentos que guarda el archivo de la antigua Academia de San Carlos aparece el nombre de Fernando Mangino. Todo el protocolo es relativo al proyecto de escuela o academia de las tres nobles artes, en el momento que se estaba ideando la creación de lo que llegaría a ser la Real Academia de San Carlos de la Nueva España.

El busto de Mangino, hecho por Juan Bellido en 1856 y resguardado por la Academia, obedece al importante lugar que su figura tuvo en la historia de la institución. La escultura de Mangino, junto con las de Manuel Tolsá y Jerónimo Antonio Gil, rinden testimonio de algunos de los primeros maestros y fundadores de la Real Academia de San Carlos en la Nueva España. Sin embargo, durante los años cincuenta ya del siglo XIX, no se hicieron todos los bustos de los primeros profesores; acaso una de las faltas más notables es la del de Ximeno y Planes, aunque reconocido por su obra, su larga vida hasta 1825 lo hizo vivir la decadencia de la Academia en esos años.

Don José Bernardo Couto sostenía una teoría, en la que el concepto de escuela estaba intrínsecamente ligado a las nociones de desarrollo, crecimiento y decadencia. Couto dividía en cuatro etapas la formación de la antigua escuela mexicana: la primera inaugurada por el primer Echave, la segunda iniciada por Sebastián de Arteaga y la tercera por Rodríguez Juárez para finalizar con una larga etapa de decadencia. El periodo neoclásico de la Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos tendría por fuerza que ser una edad oscurantista, ya que se encontraba en los años intermedios entre la escuela antigua y la moderna. Sólo habiendo decadencia podía existir un renacimiento, ése que representaba la labor actual de la Academia de San Carlos.

¿De donde sacó el alumno de Vilar, Juan Bellido, los rasgos fisonómicos de don Fernando? Varias son las imágenes contemporáneas a la factura del busto de Bellido se guardan e n la antigua Academia. En el provecto de fachada ideado por Xavier Cavallari hacia 1862, un relieve con el busto d e M a n g i n o ocupa un lugar prominente en la portada del edificio y su parecido con el perfil del de Bellido es innegable. E n 1868, e n los salones interiores de la Academia ya se encontraban en la sala de  pintura moderna una serie de óvalos que daban cuenta de los fundadores de la Academia Real, tanto funcionarios como académicos. Esta serie de pinturas fue hecha, según recientes descubrimientos de los restauradores, por José Obregón y Manuel Ocaranza. Resulta curioso que en las diversas historias de la fundación de la Academia no aparezca una efigie contemporánea a la fundación de la Academia de quien llegaría a ser ministro de del rey y sí de los demás personajes que coadyuvaron a la formación de la Academia, incluyendo virreyes y visitadores.

En noviembre de 1790, los administradores de la Academia enviaron una carta a España al señor Mangino pidiéndole un retrato de Carlos  III, de buena memoria, y otro suyo. Se solicitaba "una copia del retrato de Carlos III pintado por Francisco Bayer [sic|, Mariano Maella  o Francisco Goya pues no había de donde sacar una buena copia, t a m b i é n se r e q u e r í a un r e t r a t o de M a n g i n o ejecutado por una mano hábil y diferente de la que haga el de S. M.  difunto, pues conviene que haya e n la Academia obras de varios profesores célebres para que éstos discípulos los conozcan¿.3 ¿Por qué n o se satisfizo la petición ? M a n g i n o era un buen conocedor de las artes antes de su partida , e n 1788, regaló a la Academia un tablero de Teniers, dos retratos de p i n t o r e s y  un  lienzo que representa una alacena, además de varios grabados.  Las pinturas pasaron a manos de Jerónimo  Antonio Gil , quien debía entregarla e incluirlas e n el inventario a la Academia. 4 El cuadro que tiene la familia de don Fernando es posible que, p r sus dimensiones, haya sido pensado para la Academia. ¿Resultaba acaso que el cuadro de Herrera era demasiado representativo de la producción de retratos gremiales? Otro inconveniente podría haber sido que en la  cartel a que por taba no i n c l u í a que fue fundador de la Academia.

Fernando M a n g i n o n o sólo era superintendente de la Casa de M o n e d a , la cartela del r e t r a t o de 1783 , de Miguel Herrera , 5 da cuenta de sus funciones, pues era Corregidor de la jurisdicción de Zacatlán de las Manzanas, Alguacil Mayor de la Visita General de este Reyno, Contador de reales Tributos y medio Real de Ministro. Director de temporalidades y del fondo [ . . . ] de las misiones de California y del Consejo de su Majestad en Hacienda. Superintendente de la Casa de Moneda y Apartado general agregado a ella. Juez privativo del Real derecho de Media Annata gracias y merced [ . . . ] Superintendente, Administrador y subdelegado Exmo. superintendente general de azogue de Don José Gálvez para el [ . . . ] y laboratorio de Minas. [ . . . ] y su ministración en esta Nueva España." El retrato confirma las facciones del busto de Bellido.

Fernando Mangino actuaba como superintendente de la Casa de Moneda desde 1776. El proyecto para formar una Academia lo redactó hasta agosto de 1781, el cual entregó al virrey Martín de Mayorga exponiendo la primera propuesta para una escuela de arte en la ciudad de México. Esta presentación coincide con la estancia de Jerónimo Antonio Gil en la casa de Moneda como primer artista-instructor proveniente de la Academia de San Fernando. Gil había llegado en 1778 a Veracruz.

Mangino y Gil debieron tener amplias pláticas para formular el proyecto. En palabras de Gil "ese señor [Mangino] me puso muchas dificultades [ . . . ] pero yo seguí insistiendo ya que me interesaba tan profundamente el asunto".6  En el proyecto que finalmente redactó, Mangino empleaba indistintamente enunciados como Escuela de Bellas Artes o Academia de las Artes. Finalmente Mangino pagó de su peculio la impresión del proyecto. En sus términos, la escuela tenía que establecerse primero, después probar que era financieramente solida y, por último, que podía ofrecer múltiples servicios a rey y, entonces, solicitar la protección real. Mangino sugirió que se solicitaran donaciones a los tribunales reales de Comercio y Minería; por su parte Gil contribuyó con toda su experiencia de académico en la formación de los estatutos, siguiendo de cerca la reglamentación de San Fernando. La propuesta contó con buena fortuna y la respuesta afirmativa del virrey Mayorga no se hizo esperar; sólo pasaron doce días para que se redactara un edicto oficial anunciando la aprobación inmediata del proyecto. Todo se desencadenó rápidamente, Fernando Mangino fue nombrado viceprotector  y se estableció una junta de notables, que se reunían cada jueves en la Casa de Moneda para encontrar una sólida base financiera que les permitiera conseguir la dotación y el apoyo real. En 1782, la junta preparatoria estaba firmemente convencida de la permanencia de la escuela provisional, y no dudaba de que su progreso era el mejor argumento para la aprobación y la obtención de los fondos reales. La solicitud para la aprobación real salió de tierras mexicanas a fines del verano de 1782; el rey no actuaría sino hasta recibir un informe completo del virrey. Finalmente el 25 de diciembre de 1783, la solicitud fue aprobada, manifestándose el rey bien impresionado, sobre todo con los argumentos del fiscal Posadas, cuya argumentación guardaba un estrecho paralelismo con la línea económica que defendía Pedro Rodríguez de Campomañes, la cual sostenía que la clave para una plena prosperidad estaba en una educación generalizada de las artes y los oficios.

Fernando recibió órdenes de regresar a España y el 15 de febrero de 1788 le escribió a Manuel Antonio Flores, virrey de Nueva España, informándole sobre el estado de los fondos en la Academia, con motivo de su próxima restitución a España.

Tomás Zuleta el Chico, del periódico El Siglo Diez y Nueve, nos dice: "En la clase de estudios de retratos y bastos ideales, nos ha ofrecido el Sr. Don Juan Bellido bajo el num.  el retrato del fundador de la academia Don Fernando Mangino, por esta obra ha merecido dicho joven una mención honorífica, no habiéndosele distinguido con otro premio, por haber obtenido otros ya de mayor categoría.  Se traspasó al mármol en 1857 y fue premiada con un segundo lugar. La obra, destinada a formar parte de la galería de esculturas de la Academia, siguió las mismas especificaciones: un lenguaje clasicista y una representación de las facciones fehacientes.  Si en la representación de los personajes decimonónicos no era viable el traje Cotidiano, para los próceres dieciochescos tampoco lo fue, el chaleco y la casaca quedaron plasmados en la pintura, el busto quedó cubierto sólo con un manto que apenas le cubre los hombros.

La escultura fue enviada a la exposición internacional de Nueva Orleans en 1881 y el mármol regresó con la cabeza despegada y rota en un ángulo.  Desde entonces se pensó  que ciertas obras no debían viajar por los inconvenientes del transporte. El busto fue valuado en 60 pesos en el inventarío de 1867 y  fue consignado con el número 126 en el de Revilla de 1905.   La escultura en yeso forma parte de la colección del Museo Nacional de Arte desde su fundación en 1982.

Inscripciones

 

[En el frente:]

F. MANGINO

 

[En el costado derecho a la altura del hombro:]

J. BELLIDO / 1856.