Museo Nacional de Arte

Busto de Carlos IV




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Busto de Carlos IV

Busto de Carlos IV

Artista: AUTOR ESPAÑOL SIN IDENTIFICAR (siglo XVIII)   ((activo en el siglo XVIII))

Fecha: s/f
Técnica: Yeso patinado
Tipo de objeto: Escultura
Créditos: Museo Nacional de Arte, INBA Acervo Constitutivo, 1982
Descripción

Descripción

Busto en posición frontal del monarca Carlos IV ataviado con casaca bordada, banda cruzada y un manto plegado que le cae de los hombros. Lleva impuesto al cuello el cordón con el Toisón de Oro. Descansa sobre un pedestal en forma de tambor de columna estriada.

 

Comentario

En tanto que la Academia novohispana estaba puesta "bajo el real amparo" era ineludible que las imágenes de los monarcas, ya intramuros o extramuros, tuvieran que recordar a todos sus miembros esa condición de privilegio. Así, pues, la "soberana protección" dispensada a la escuela quedaba manifiesta no sólo desde su mismo nombre "augusto", en la inserción de los escudos reales en el de la institución (una forma de "condecorarla")

  En ausencia del rey, los maestros y discípulos harían las veces de artistas de corte y todo parecía anunciar, en efecto, la importancia que tendría el trabajo propagandístico de Gil y el de Manuel Tolsá, mediante variadas alegorías regiopolíticas. La llegada a México en 1793 de los enormes lienzos de Mariano Salvador Maella, con las figuras de cuerpo entero de Carlos III y Carlos IV, para presidir la sala de juntas de la Academia, es la mejor expresión de este afán institucional por exaltar la titularidad "real" de la escuela. En este contexto, pues, hay que mirar la remisión desde España del primer busto que se conociera del sucesor de Carlos III.

  Es muy probable que esta obra (inv. 39) haya llegado como parte de la gran colección de vaciados que trajo Manuel Tolsá en 1791, a pedimento de Gil y que fueron gestionados en la metrópoli por Mangino. El mismo artista que hizo los vaciados, José Panucci, también hizo esta aclaración al final de su informe: "Además hai el real busto de S. M. que Dios guarde de tamaño natural." Y en la remesa quedó enlistado con el número 46 "El retrato del Rey Nuestro Señor (que Dios guarde)"; menciones que por desgracia no aclaran la autoría de esta obra. Se trata sin duda de la misma pieza que fue consignada en 1905 en el catálogo de Manuel Revilla con el número 109: "Retrato del Rey Carlos IV, señalado protector de la Academia de San Carlos. Busto en yeso por un escultor español desconocido." Sin embargo, las editoras de este documento han querido identificar el busto en cuestión como copia de un mármol del escultor Juan Adán (1741 -1816) que conserva la Academia de San Fernando y que, por comparación fotográfica, pienso que en realidad se trata de dos obras bien distintas. Si acaso fuera de Adán, lo cual es muy explicable dada su posición de escultor de cámara del rey, se trataría de una obra totalmente ajena y anterior (en seis años) a la que presentó a la Academia madrileña en 1797, también para conmemorar el patrocinio del monarca sobre esa otra institución de enseñanza artística. Ingresó al Museo Nacional de Arte en 1982 como parte del acervo de constitución, procedente del Museo de San Carlos.