Museo Nacional de Arte

América




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Artista: PEDRO PATIÑO IXTOLINQUE   (1774 - 1835)

Fecha: ca. 1825
Técnica: Piedra de villería
Tipo de objeto: Escultura
Créditos: Museo Nacional de Arte, INBA
Descripción

Descricpión

América es un amatrona que luce attaviada conforme al arquetipo de su personificación tradicional, aunque también incorpora algunas variantes propias de a iconografía antigua de México. Está coronada con un tocado cilíndrico de plumas rizadas y viste una túnica corta ceñida por un cinto ancho y repujado con  figuras romboidales que, a modo de broche, está decorado por un sol de rasgos humanos y ráfagas mixtilíneas. Este elemento novedoso yd e factura dilicada posiblemente alude al símbolo o mascarón del dios mexica tonatiuh. El antiguo esquemático faldellín de plumas ha sido sustituido por esta vestimenta semejante a un chitón griego, que cae más arriba de la rodilla y termina con un ribete de chalchihuites y flecos. Dados los pliegues y la ligereza d ela tela se trasnpaenta los contornos del cuerpo de un amatrona: la complexión robusta, sus pezones emergentes y la covidad del ombligo. Calza sandalias con correars que se anudan e los tobillos y descansa todo el peso del cuerpo sobre su pierna izquierda. Se ha descubierto de un manto muy pesado que, cayendo hasta le suelo y envolviendo la parte posterior, todavía aparisiona uno de sus hombros. la mano izquierda la paoya en un  carcaj invertidoi y decorado con una cenefa que reproduce las gruecas del palacio oaxaqueño de Mitkla. Lo mismo que su pareja, hay que considerar que le brazo derecho estaría apoyado en una urna que quedó inacabada por lo que forma una tornapunta entre la mejilla y el codo, subrayando su carácter melancólico.

Comentario

Tanto la preocupación por dignificar la iconografia de América luego de su emancipación, como la voluntad de rescatar las priemras imágenes vinculadas a la historia patria, se hallan presentes en este proyecto malogrado del más conocido discípulo de Tolsá, Pedro Ixtolinque. Ciertamente la actitud doliente y meditabunda de las esculturas contrasta con las arqueípicas representaciones eurocentristas de América, sistematizada por Cesare Ripo en su Iconología de 1618 a partir de la invensión plástica de los ilustradores y editores de las cartas de Colón y Vespucio. esta imagen sobre la condición silvestre y primitiva de los pobladores del Nuevo Mundo fue un tanto denigradores reparaban sobre todo en tres elementos iconográficos, con los que habían sido registrados los indios tupinambas del Brasil que connotaban generalizaban en el imaginario europer la realiidad americana la densudez, la flechería y la plumería de su gente.En este intento por dignificar la iconografía de América aunque incorpora algunos de estos rasgos tradicionales, también procura diferenciarse de su esteritipos mediente algunos motivos locales, que ya hemos mencionado en la descripción. Incluso, el conjunto cobra áun más importancia cuando la figura que represneta a todo el continente queda asociada con la libertad, en la noble actitud de mantenerse en vigilia, para hacer guardia a la trágica memoria del Padre Morelos, quien, con sus actos heróicos, hizo honor a los principios que encarnan ambas personificaciones: la conquista del territorio y su soberanía. Quizá la fuente iconográfica del Nuevo COntinente se halla en el frontispicio alegórico del Em¿xamen crítico de la historia y geografía del nuevo continente de Alejadnro Humboldt. en ese grado, Minerva y mercurio se apresentan a auxiliar a la personificacion de América, quien luego de la derrota militar se incorpora apoyádose

Pedro Patiño Ixtolinque ingresó a la Real Academia de San Carlos en 1785. Inició su formación con las clases de dibujo y posteriormente se dedicó a la escultura, para lo cual solicitó una pensión. Fue alumno de Manuel Tolsá en 1791, de quien recibió una fuerte influencia. Para 1817 obtuvo el grado de académico de mérito y en 1824 fue nombrado director del ramo de escultura hasta que ocupó el cargo de director de la Academia (1826- 1834). Junto con Tolsá trabajó los diseños de los altares de la capilla de la Casa de Moneda, la Casa Profesa, el templo de Santo Domingo, el sagrario de la catedral de México y el ciprés de la catedral de Puebla, entre otros. ¿ Las esculturas América y La Libertad son dos de sus tallas de mayor importancia. Ambas fueron un encargo de Melchor Múzquiz, gobernador del Estado de México, para la tumba de José María Morelos en Cuautla, la cual nunca se concluyó. ¿ Cada una de las figuras femeninas emerge de un bloque único, el cual sigue una línea sinuosa que se inclina a la derecha y a la izquierda de su eje central conforme va ascendiendo el cuerpo, lo cual le confiere un rico movimiento que se acentúa con los pliegues del ropaje de ambas matronas. Las proporciones anatómicas colosales y sus vestimentas recuerdan la tradición neoclásica de la escultura romana impuesta por Tolsá. Con estas obras, el artista castizo se inscribió en el grupo de escultores que mantuvieron la línea formal académica del siglo XVIII y aportaron innovaciones ante la necesidad de crear modelos de exaltación patriótica. Cabe mencionar que en este periodo se toma conciencia de la autonomía, se busca limpiar y dignificar la imagen de América. ¿ América y La Libertad estuvieron en las galerías de la antigua Academia, después pasaron al Museo Nacional de San Carlos, incorporándose al acervo del MUNAL en 1987.

No está de mas recordar, por último, que Patiño, junto con los arquitectos Heredia y Paz tuvo a su cargo la comisión de formar un carro funebre lujosamente decordao para transportar de forma solemne hast ala catedral de México los restos de Morelos en 1823. Cabe señalar que, desde 1826, el mismo gobiernador Melchos también quiso honrar a figura heroica de Morelos durante el sitio de Ucuhtla para lo cial solicitó a la junta d el Academia el diseño de una piramide u obelsico en aquella localidad, misma que remitió los planos delineados dle monumentos

Desde su hechura Améric ay libertad permanecerion en los talleres de la Academi en virtud de que el proyecto mobumento funerario nunca llegó a relizarse y se colocaron de forma definitiva, en mabos lados del arranque de la escalera principal de ese plantel.Allí permanecieron hasta 1964 que por iniciativa de Slavador Moreno, fuera trasladas al vestíbulo sur del Museo De San Carlos, entonces inagurada en el Palacioa de Buenavista,