Imagen localizada en el catálogo de la exposición página 82
Descripción:
"Alfredo Ramos Martínez, Ramón Alva de la Canal, Fernando Leal, Fermín Revueltas, Jean Charlot, Ramón Cano Manilla, Ezequiel Negrete Lira, Lola Cueto, Mardonio Magaña, frecuentan los centros de Chimalistac, Churubusco y Tlalpan. Crisol de expresiones, las obras de estos autores coincidieron en concederle a la figuración del campo, una forma de epopeya: sus héroes, los campesinos y su trabajo, el oro alimenticio de una nación en plena búsqueda, reconstrucción de identidad y hambre de valorización. Lo que siguió es la narración plástica de un emblema nacional: el campo y sus productos.
Al hablar sobre esta aventura plástica moderna en nuestro país, Raquel Tibol concluye que "la Escuela al aire libre se transformó muy pronto en un taller de improvisación sin disciplina ni programa, vaciado de espontaneidad y didactismo y, consecuentemente, retardatario para la definición profesional del artista. Pero sembró inquietudes estéticas, fervor creativo y rompió el cerco de la Academia, popularizándola."
De todos los creadores que pasaron por estas escuelas, uno de los más celebrados por contener en su historia personal tintes románticos, es la figura de Mardonio Magaña. Conserje en la Escuela de Pintura al Aire Libre de Coyoacán, a los 56 años, inicia su obra sin instrucción formal anterior. El primitivismo hace entonces su aparición con naturalidad, con total inocencia y candor. Bloques de madera y piedra surgen para hablar del mundo rural del que venía: campesinos arando, grupo de mujeres en el mercado, animales de campo. Directo y franco, en sus figuras Magaña trasmite la rudeza que da el retrato de la realidad campesina mexicana: Escenas que no dejan, con todo, de tener un sesgo de idealización.
López Velarde Estrada, Mónica, 2003, p. 27, 30)
"En décadas subsecuentes, con el manejo del arte no-académico como fuente para el arte contemporáneo, revalorando su uso de formas sintéticas y abstractas, la representación plástica del campesinado incorporó nuevos cánones estéticos y un tratamiento estilizado y a menudo burdo; es el caso de la obra escultórica tallada en madera y piedra de Mardonio Magaña. El artista, originalmente conserje de la Escuela al Aire Libre de Coyoacán, produjo desde los años veinte escenas con grupos de personas y animales en actividades cotidianas ligadas a labores agrícolas. Toscas, de materiales naturales sencillos, y con las marcas delos instrumentos de tallado evidentes, su materialidad expresa una estética y una ética basadas en lo artesanal, y los referentes culturales asociados con este modo de producción. En obras como Anciano con morral, Campesino con yunta de bueyes y Tres mujeres en el mercado, entre otros, plantea una estética escultórica que en buena medida asienta las bases para la Escuela Libre de Escultura y Talla Directa, modelada sobre las Escuelas de Pintura al Aire Libre y fundada en 1927. Mostrar el gesto del trabajo del artesano, se convierte en una de las marcas características del grabado y de la producción escultórica de estos años, subrayando una consonancia clara entre los temas rurales y su tratamiento plástico. Asimismo, a pesar del tamaño reducido de las esculturas, su manejo de las proporciones corporales crea una sensación de monumentalidad. Remiten a una concepción de la estética del "cuerpo mexicano", inspirada en las características de la escultura prehispánica "de bloque", que se manifiesta en la obra de pintores como Manuel Rodríguez Lozano y Julio Castellanos, así como en la producción escultórica de Carlos Bracho, Francisco Marín y el refugiado español Ceferino Colinas."
(Cordero Reiman, Karen, 2003, p. 64)