Un obrero está sentado, cabizbajo, sobre una piedra, en la que se ven los eslabones de una cadena.  Sus manos vacías descansan sobre el regazo.  Además del blusón y el pantalón de tela burda, lleva el mandil típico de algunas profesiones, por ejemplo la del herrero; un grueso paño le cubre la cabeza.  Los contornos de las extremidades inferiores no son muy nítidos, y buscan ese efecto de fusión parcial con la matriz pétrea que es característico de la escultura a principios del siglo.

Una fotografía de la obra, publicada en la portadilla de El Mundo Ilustrado del 25 de noviembre de 1906, muestra en una faceta de la base la inscripción siguiente con el tiempo desaparecida:  "APREZ [sic] UNE GREVE" (Después de una huelga).  Tal fue, pues, el título original de esta escultura.

Remitida de París por su autor, figuró en la Exposición de pintores y escultores mexicanos pensionados en Europa, que tuvo lugar en la Escuela Nacional de Bellas Artes en aquel mes.  Una crónica anónima, publicada en la Revista moderna de México en diciembre del mismo año, reportaba que Domínguez Bello "...se ha llevado los sufragios de los concurrentes a la Exposición, por el hermoso trozo de pungente realismo que se llama Après la grève."

La escultura estuvo colocada en el jardín de Santa Catarina, donde (según Salvador Moreno) pasaba por un monumento al ferrocarrilero Jesús García, el "Héroe de Nacozari".  Se retiró con posterioridad y pasó a formar parte del acervo de la Coordinación General de Reordenación Urbana y Protección Ecológica del Departamento del Distrito Federal.

Ingresó al Museo en 1992 como donación del Departamento del Distrito Federal.

Fausto Ramírez

BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL

Moreno, Salvador.  "Un siglo olvidado de escultura mexicana". Artes de México, núm. 133 (1970), México.

1910:  El arte en un año decisivo.  La Exposición de Artistas Mexicanos. Catálogo de la exposición en el Museo Nacional de Arte, INBA, México, 1991.

El artista veracruzano Arnulfo Domínguez Bello fue director de la Escuela Nacional  de Bellas Artes a mediados de la década de los años veinte. Ocupó la plaza de maestro de escultura por varios años y fue uno de los docentes más reconocidos de la institución.  En 1906 Après la grève se presentó en la primera exposición de los artistas pensionados en Europa, donde también reunieron sus obras Enrique

Guerra, Fidencio Lucano Nava, Gonzalo Argüelles Bringas, entre otros.  La obra guarda ecos del clasicismo que prevaleció en el siglo XIX; sin embargo, también respondió a las inquietudes sociales y artísticas finiseculares. Precisamente, en esas fechas se llevaba a cabo la edificación de un movimiento obrero en los sectores textiles y mineros, los cuales fueron reprimidos por las acciones del gobierno de Porfirio Díaz.  La escultura, elogiada por la crítica de su tiempo debido a su realismo y a parecido con las esculturas alegóricas del artista belga Constantin Meunier (1831-1905), representa a un obrero sentado y oprimido por las condiciones de trabajo y su miseria. El modelado en piedra pone un acento particular en el gesto abatido de su rostro, mientras que su atuendo podría responder al de un minero vestido con botas, camisa arremangada y capucho. A su lado se localiza una cadena, símbolo de lucha y dolor.  La obra ingresó al MUNAL como donación del entonces Departamento del Distrito Federal en 1992.

Dafne Cruz Porchini