Francisco Arturo Marín, además de ser conocido como escultor, también se dedicó a la medicina. Sus estudios artísticos los realizó en la ciudad de Guadalajara con Carlos Orozco Romero, León Muñiz y Luis Ortiz Monasterio. Sus esculturas reflejan en general una lectura de la escultura prehispánica y la utilización de temas clásicos como las maternidades. En esta obra, sólida en sus contornos y volumen, representa a dos mujeres que forman un cuerpo escultórico compacto, en tanto que el tema alude al llanto como símbolo de duelo moral. Una figura femenina solloza amargamente entre sus piernas mientras que la otra, al tocar el brazo y espalda de la doliente, parece ofrecerle consuelo con una actitud totalmente afligida. Marín destaca particularmente las proporciones cortas reflejadas en las piernas y los pies de ambas mujeres, en tanto que en los dos pares de manos y en el gesto radica el peso discursivo de la obra. Por su parte, el formato e incluso su material dotan a la escultura de un carácter intimista. Esta obra ingresó al MUNAL como acervo constitutivo en 1982.
Dafne Cruz Porchini