Retrato de sor María Antonia del Corazón de Jesús
Artista: JOSÉ MARÍA VÁZQUEZ (1756 - 1826)
Descripción
Se trata de la efigie monjil de una joven criolla a sus 24 años, situada en una posición intermedia entre los tres cuartos y la frontal y junto a un basamento columnario (que también sirve de tarja para una inscripción biográfica). Sor María Antonia sostiene con ambas manos el breviario, abierto a la mitad, y da la impresión de que ha suspendido su lectura para mirar fijamente el trabajo de su retratista. A sus espaldas, un fondo neutro y oscuro contrasta con el hábito albiazul de la concepcionista, el velo y la toca de forma lobular. Luce también un rosario de quince misterios, dos medallas y dos escudos metálicos, uno en el pecho y otro en el hombro como broche de la capa. En el escudo pectoral, que usualmente estaba resguardado por un marco de carey, se ve una coronación de la Virgen por mano de la Santísima Trinidad, representada con personificaciones semejantes. La Inmaculada tiene también rasgos apocalípticos: las alas de águila y la esfera del mundo que, a modo de atlante, sostiene san Francisco de Asís. Seis figuras de santos la rodean, del lado izquierdo: san Joaquín, san José y san Antonio de Padua; del lado derecho: santa Ana, santa Gertrudis la Magna y san Luis Gonzaga; además de la representación del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María.
Comentario
Bien se sabe que este artista, oriundo de la ciudad de México, fue uno de los más aventajados discípulos del valenciano Rafael Ximeno y Planes en la Real Academia de San Carlos y, como tal, heredó de su maestro sus grandes facultades retratísticas (mismas que Ximeno aprendió mirando de cerca el trabajo de Antonio Rafael Mengs en la corte). Si bien la obra de Vázquez no es reconocida como la de un artista de grandes composiciones (que bien se aprecian en los murales históricos o devocionales de su mentor), sí destaca, en cambio, como esmerado retratista merced a una docena de ejemplos que realizó para personajes del mundo eclesiástico, político y civil (dos virreyes y un arzobispo entre los encargos más importantes).2 El aprendizaje del dibujo académico tuvo mucho que ver en esto, ya que sus fisonomías son en verdad acertadas y convincentes y se nota, además, el interés en modelar los ropajes conforme a la moda de su tiempo.
El Retrato de sor María Antonia del Corazón de Jesús de José María Vázquez, no obstante que participa tardíamente de la nutrida tradición barroca de las "monjas coronadas" (un fenómeno peculiar que paradójicamente se tiene que fechar entre el último cuarto del siglo XVIII y el primer decenio del XIX), es, a la vez, un buen ejemplo del nuevo gusto neoclásico, que aquí se señala por la representación austera, carente del boato que caracterizaba a este género. Despojada de los tradicionales accesorios florales y de las piezas de cerería escamada con que usualmente se rodeaban las novicias, esta obra, hecha por encargo de los progenitores, es también una de las últimas representaciones novohispanas de esta tradición. Hay que aclarar, no obstante, que si se coteja la fecha del cuadro con la de ingreso a la comunidad o de "toma de velo", no es propiamente un retrato de "profesión", es decir, estrictamente "nupcial", ya que fue hecho un lustro después de que ocurrió dicho acto. Esto explica quizá la ausencia de corona, ramo y cirio.
Fue adquirido al anticuario Rodrigo Rivero Lake en 1991, gracias al apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
Inscripciones
La M. Maria Antonia del Cora- / zon de Jesús, Hija lexitima de D. / Antonio Valdovinos
Blanco. / Regidor Perpetuo de Cádiz, y / de D. Gertrudis Flores vezinos / de la villa de Cuernavaca, la que / Tomó el Arito el dia 26 de / Junio de 1 808 en el Con- / vento Rl.y mas An / tiguo del Purís / sima Concep- / cion,y Profe- / só el día 2 de / Julio de 1809 / de edad de / 19 años y ¿9 días / José María Vaz / ques, Pintó en México / en 1814.