Oriundo de San Miguel el Grande, Guanajuato, Juan
Patricio Morlete fue uno de los pintores mestizos destacados en la segunda mitad
del siglo XVIII. Fue discípulo de José de Ibarra y formó parte del grupo de
artistas que fundaron la Academia de Pintura, en 1753. Junto con Miguel
Cabrera, José de Ibarra y otros pintores, inspeccionó en 1751 la imagen de la
virgen de Guadalupe que hoy se venera en la Basílica. En esta obra se aprecia
la fluidez de la pincelada del artista, propia del estilo barroco dieciochesco
novohispano. La escena representa el momento posterior a la flagelación de
Jesús. Un arcángel sostiene al desfalleciente protagonista, vestido sólo con
cendal y mostrando la espalda sangrante y el dolor de su rostro. Detrás de él
se observa una columna que alude al tribunal de justicia de Poncio Pilatos,
quien lo mandó azotar poco antes de ser enviado a la cruz. La sombría nubosidad
del segundo plano y la fuente de luz que proviene del ángulo superior izquierdo
sirven de escenario a un grupo de ángeles que diligentes limpian el sagrado
fluido y lo exprimen en cálices; uno de ellos se prepara para ungir las heridas
de Cristo. Las cualidades pictóricas de suave empaste aunadas a la paleta
cálida de los pardos e imprimaturas ocres suavizan el dramatismo del suceso, el
cual lamentan los angelillos y querubines de la parte superior. Esta pieza está
firmada Joan Patris M(or) Lete/Ruiz en el ángulo inferior derecho. Proviene de
la Pinacoteca Virreinal de San Diego y se adjudicó al MUNAL en el año 2000.