Museo Nacional de Arte

Manifiesto Estridentista ¡Viva el mole de guajolote! Puebla 1° de enero de 1923




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Manifiesto Estridentista ¡Viva el mole de guajolote! Puebla 1° de enero de 1923

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Manifiesto Estridentista ¡Viva el mole de guajolote! Puebla 1° de enero de 1923

Artista: MANUEL MAPLES ARCE   (1898/1900 - 1981)

Técnica: Impreso
Tipo de objeto: Cartel
Créditos: Museo Nacional de Arte, INBA Donación Blanca Vermeersch Vda. de Maples Arce, 1992
Descripción

Imagen localizada en el catálogo de la exposición página 59, 64, 199

Descripción:

"Si tomamos como cierta la fecha de su impresión, el segundo manifiesto del estridentismo, titulado Manifiesto Estridentista, apareció en calidad de hoja volante el 1º de enero de 1923 en Puebla de los Ángeles, firmado por Manuel Maples Arce, Germán List Arzubide, Salvador Gallardo, Miguel N. Lira, Mendoza, Salazar y Molina, entre otras "doscientas firmas" que no aparecen por ningún lado. Visualmente fue un impreso breve y discreto, donde sólo se resaltaba en gruesas letras el nombre del manifiesto la sentencia final "¡Viva el mole de guajolote!", así como el lugar y fecha de su lanzamiento, sin el diseño vanguardista que se había logrado en el último número de Actual, cuya portada con superposiciones de rojo, negros, encabezados recios y contundentes recordaban en su construcción el sexto boletín dadaísta, aparecido en 1920. A pesar de esta aparente sencillez, el Manifiesto Estridentista resultó más violento e inconsecuente, pues atacaba directamente a personajes públicos y próceres regionales. Esto no le añadió fuerza a los postulados estéticos de Maples Arce en el Comprimido Estridentista, sino que resultó una retahíla de provocaciones bastante más socarrona y local, conjugada en primera persona del plural. Por otro lado, quizás tampoco había otro modo de sacudir las conciencias poblanas que la redacción de este "menú de infamias" aderezado con el manejo del lenguaje urbano de las equivalencias.

En este documento fueron ratificados algunos principios vertidos en el Comprimido Estridentista como el rechazo hacia los inamovibles cánones que condenaban los deseos renovadores; la necesidad de un vuelco artístico cuyos dictados fueran consecuentes con el espíritu del tiempo; la posibilidad de expresar anímica y emocionalmente cada uno de los instantes que conformaban el momento presente. A lo largo de 1922 el llamado de Maples Are fue integrando simpatizantes y colaboradores como Fermín Revueltas, Guillermo de Torre y Jorge Luis Borges, así como tres integrantes de la revista poblana Ser. Germán List Arzubide –el director gerente-, Miguel Aguillón Guzmán –el representante en México- y el médico-militar y poeta Salvador Gallardo. También se habían unido en agosto, desde las páginas de El Universal Ilustrado, el secretario de redacción, Arqueles Vela, autor de la mejor reseña de Andamios interiores y hombre de espíritu diletante que encajaba a pedir de boca con los postulados de Maples Arce.

El Manifiesto Estridentista, piedra de toque para la consolidación del movimiento, estuvo ordenado con base en los siguientes apartados: tres afirmaciones donde se retomaban las directrices estéticas del movimiento, así como las nuevas vías de una poética y un lenguaje artístico: "(Afirmemos) La posibilidad de un arte nuevo, juvenil, entusiasta y palpitante, estructuralizado novidimensionalmente, superponiendo nuestra recia inquietud espiritual al esfuerzo progresivo de los manicomios coordinados, con reglamentos policiacos, importaciones parisienses de reclamo y planos de manubrio en el crepúsculo." El segundo apartado llevaba como advertencia la palabra "caguémonos", actitud escatológica de vanguardia para señalar la continuidad y no la fragmentación de las ideas; era una suerte de rebeldía incesante, casi infantil; un acto corporal con el cual también se crea y se transforma la realidad digerida. Este segundo apartado estuvo acompañado de otros tres párrafos donde textualmente "se cagaban" sobre personajes de la historia nacional como el decimonónico general Ignacio Zaragoza, "bravucón insolente de zarzuela, William Duncan del ‘film´ intervencionista del Imperio, encaramado sobre el pedestal de la ignorancia colectiva". También resultaron envueltos en heces hombres del medio intelectual poblano como Manuel Rivadeneyra y Palacio, "momia presupuestiva de 20 reales diarios", José Miguel Sarmiento, "recitador de oficio en toda clase de proxenetismos familiares", Felipe Neri del Castillo. "fonógrafo interpretativo del histerismo primaveral tergiversado". Otro salpicado resultó el rey Alfonso XIII, a quien señalan como "el Gaona de los tenderos usuarios; Tío Sam de los intelectuales de alpargata". El último apartado era una proclama: abrazar "cómo única verdad, la verdad estridentista. Defender el estridentismo es defender nuestra vergüenza intelectual", y condenar a los opositores: "A los que no estén con nosotros se los comerán los zopilotes (…) Ser estridentista es ser hombre. Sólo los eunucos no estarán con nosotros". Las líneas postreras, en tono sardónico, concluían: "Apagaremos el sol de un sombrerazo. Feliz año nuevo".

En líneas generales este documento podría considerarse un corte de caja colectivo al año de lanzarse el solitario Comprimido Estridentista: para estos momentos, se había logrado la conformación de un grupo, fueron circulados los tres números de Actual y se publicaron los dos primeros libros del movimiento: Andamios interiores. Poemas radiográficos, de Manuel Maples Arce (editorial Cvltvra); y La Señorita Etcétera, primera novela de vanguardia en Latinoamérica, de Arqueles Vela, prologada por Carlos Noriega Hope e insertada en El Universal Ilustrado dentro de "La Novela Semanal"…

Si bien en un primer momento el individualismo del Comprimido se convirtió en una fuerza que anhelaba el surgimiento de un amplio y renovador movimiento sin limitación de posibilidades, el Manifiesto Estridentista fue la demostración de que ya se había concretado la formación de un grupo autónomo y propositivo dispuesto a recomponer su espacio, así como a construir nuevos horizontes culturales a través de la percepción múltiple de la realidad".

(Zurián de la Fuente, Carla, 2013, p.59-61)