Diego Rivera coincidió en París con Adolfo Best Maugard, quien se encontraba en Europa desde 1912 para realizar copias de objetos arqueológicos mexicanos en museos de aquellas tierras por encargo de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. Rivera realizó su retrato de contenido metafórico hacia 1913, el cual muestra un fuerte contraste estilístico entre los dos planos que lo conforman. ¿ En el primero destaca la figura estática, alargada y elegantemente ataviada del protagonista, quien se sitúa en una especie de balcón cercado por un pretil rojo que lo aleja y coloca por encima del paisaje urbano del fondo. En confrontación, la escena del segundo plano muestra la modernidad de la urbe parisina de aquel tiempo. El tren y los espacios fabriles: chimeneas que arrojan nubes de humo creando sensación de movimiento, el cubismo presente en la composición de las edificaciones citadinas y el futurismo en la velocidad del ferrocarril y en la rueda de la fortuna del fondo, que gira vertiginosamente difuminando sus radios. La inclusión de la rueda representa el símbolo de una herramienta que posibilitó el avance tecnológico de la humanidad, y recuerda aquella construida para la Exposición Universal de 1900 en París. Rivera logró la conjunción de dos espacios trabajados en estilos diferentes gracias al manejo de la perspectiva, al unir visualmente el dedo índice del protagonista con el centro de la rueda de la fortuna. Imagen en la que el hombre, desde un estrato superior y a manera de demiurgo, sostiene y da impulso al progreso. Retrato de Adolfo Best Maugard, o Joven en el balcón, fue presentada en el Salon des Indépendants, en 1913; El Universal Ilustrado lo dio a conocer en México el 24 de mayo de 1918, través de una fotografía. La pieza permaneció en una colección particular; en la actualidad forma parte del acervo del MUNAL, gracias a la generosa donación del señor Arturo Arnáiz y Freg, realizada en 1983 al hacer efectiva la sucesión testamentaria.
Ana Celia Villagómez
En esta obra se perfila un hombre de figura alta y delgada. Posa en pie y de cuerpo entero sobre un balcón. En el retrato, mayor que el tamaño natural, el modelo es captado de abajo hacia arriba. Viste elegante e impecable un abrigo marino, pantalón gris, guantes de cabritilla marrón, y bastón enganchado al brazo. Al fondo aparece un paisaje urbano, formado por edificios y chimeneas fabriles en el que destaca al centro la Gran Rueda y, en la parte inferior, la estación de Montparnasse atravesada por un humeante tren.
A través del Retrato de Adolfo Best Maugard, Rivera plasmó su interés por captar el movimiento incesante de la vida "moderna". Desde el balcón de su estudio ubicado en la Rue du Départ el pintor reconstruyó un paisaje urbano con los símbolos que para él eran los más representativos de la "modernidad" parisina, caracterizada, en este caso, por el avance tecnológico: la Gran Rueda, la industrialización y el ferrocarril. En la búsqueda por un lenguaje que pudiera expresar el dinamismo, Rivera se remite a la obra de André Derain y Robert Delaunay al recurrir a la repetición regular de formas circulares del contorno del humo y de la Gran Rueda para presentar el movimiento. Sin abandonar aún del todo el empleo tradicional de la profundidad, construye a la manera cubista el paisaje urbano. Contrasta la figura del hombre de atuendo elegante y delicado, casi aristocrático, con la complejidad del fondo al que incorpora conceptos simultaneístas.
El Retrato de Adolfo Best Maugard puede considerarse como una obra de transición en el desarrollo de la obra cubista de Rivera pues mientras la efigie aún mantiene fuertes vínculos con el mundo decimonónico, tanto por el tratamiento naturalista del retrato como por la fisonomía del personaje, el fondo de la composición posee un carácter experimental que intenta incorporar nuevas propuestas de las vanguardias europeas. No es difícil pensar que al realizar este cuadro, Rivera tuviese en mente el retrato que Signac realizó de M. Fénéon en 1890. Años después Rivera comentó, "con todos los defectos y debilidades plásticas, que en sí podía tener, [el Retrato de Best Maugard], sintetizaba una época de la pintura de París".
La obra se dio a conocer en México a través de una fotografía publicado el 24 mayo de 1918 en el Universal Ilustrado. Después, fue poco difundida y permaneció en una colección particular hasta que en 1982 pasó a formar parte del acervo del Museo Nacional de Arte gracias al legado del historiador Arturo Anáiz y Freg.
Pilar García
BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL
Favela, Ramón. "Diego Rivera: período cubista, 1913-1917", en Diego Rivera. Los años cubistas. Imprenta Madero, México, 1984.
Debroise, Olivier. Diego de Montparnasse. Fondo de Cultura Económica, México, 1979.
Cordero, Karen. "Dos configuraciones de modernidad: Retrato de Adolfo Best Maugard, 1913 de Diego Rivera y Autorretrato, 1923 de Adolfo Best Maugard", en Memoria. Museo Nacional de Arte, INBA, Núm 6, México, 1995.