Museo Nacional de Arte

Homenaje a José Guadalupe Posada




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Homenaje a José Guadalupe Posada

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Homenaje a José Guadalupe Posada

Artista: LEOPOLDO MÉNDEZ   (1902 - 1969)

Fecha: 1953
Técnica: Linóleo
Tipo de objeto: Estampa
Créditos: Museo Nacional de Arte, INBA. Donación Pablo Méndez Hernández, 2002.
Descripción

Imagen localizada en el catálogo de la exposición página 70 a 72

Descripción:

"POSADA VISTO POR MÉNDEZ (O DE CUANDO EL ALUMNO IDEALIZA AL MAESTRO) Posada se convierte pronto en un icono de los pintores posrevolucionarios. Orozco recuerda haberlo visto trabajando; en 1930, Diego Rivera lo compara con Goya y Callot, lo llama "precursor de Flores Magón, Zapata y Santanón", elogia su forma humilde de trabajar y afirma que "Está tan integrado al alma popular de México, que tal vez se vuelva enteramente abstracto; pero hoy su obra y su vida trascienden (sin que ninguno de ellos lo sepa), a las venas delos artistas jóvenes mexicanos cuyas obras brotan como flores en un campo primaveral, después de 1923." Sin embargo, algunos jóvenes artistas mexicanos de aquel entonces saben quién es Posada y hasta buscan emular su ejemplo. Desde 1926, Méndez realiza grabados con temas de compromiso político y social inspirados en la obra de José Guadalupe para diversas publicaciones literarias, políticas y cultuales (Horizonte, Norte, El Sembrador y El Maestro Rural, entre otras) La admiración que Méndez siente por Posada nace en los años veinte, pero dura toda la vida. En 1953 retrata a su maestro en un grabado que ya es clásico: a través de la ventana de su taller, José Guadalupe mira, indignado, cómo en la calle la guardia porfiriana golpea a unos manifestantes, vestidos unos con calzón de manta, otros con su cuelga proletaria. En su mesa de trabajo, el artista graba la escena para denunciar el acto represivo, mientras que al fondo, rodeados de cajas con fuentes tipográficas, los hermanos Flores Magón y un cajista esperan que termine el grabado para imprimirlo. Un calendario nos dice que la escena tiene lugar en 1902, mucho antes del estallido revolucionario. La representación es realista y los retratos impecables, por lo que parece una reconstrucción histórica fiel… pero no es así. Es imposible que Posada haya presenciado la represión de marras desde su taller. Thomas Gretton ha demostrado que en 1902 Posada no grababa en planchas de madera ni de zinc, como lo supuso Charlot, sino que utilizaba procedimientos fotomecánicos. La imagen citada no fue hecha por una publicación dirigida por los Flores Magón en 1902, pues fue publicada en 1892 en la Gazeta Callejera, la cual, por cierto, critica los "disturbios y escándalos" de los grupos que se oponen a la reelección de Porfirio Díaz. Finalmente, a pesar de que se ha repetido una y otra vez que Posada trabajó en El Hijo del Ahuizotle (ésta sí dirigida por los hermanos anarquistas y Juan Sarabia a principios del siglo XX), no hay ninguna evidencia de ello; en cambio, está documentado que, durante años, Posada trabajó en publicaciones porfiristas tales como El Jicote y La Patria Ilustrada. Más que al Posada real, el linóleo retrata la idealización que hace Méndez del artista-revolucionario. Para el grabador, la imagen del artesano-militante que se compromete con las causas populares y se indigna ante la injusticia es un modelo a seguir, un proyecto de vida y un programa artístico. Desde los años veinte hasta la década de los sesenta la vida de Leopoldo será un homenaje a Posada… o, tal vez haya que decir, a esta imagen idealizada de Posada que aflora en un grabado tardío". (Barajas, 2002, p. 55)

Imagen localizada en el catálogo de la exposición página 36

Descripción:

"Vale decir que Posada nunca fue un radical ni tampoco un militante, ni siquiera simpatizante de algún grupo de izquierda.

Esa visión fue producto del grabado realizado por Leopoldo Méndez, donde Posada aparece al lado de Ricardo Flores Magón mirando, indignado, la represión al pueblo, que mitificó su figura. (FIG. 15)

Tampoco fue un simpatizante del porfirismo, como ahora se menciona tendenciosamente. Sólo fue un trabajador de la imagen, un hombre que retrató fielmente el mundo que le tocó vivir. Su obra está por encima de ser juzgada debido a un resbalón político o a muchos, por qué no).

Una de las grandes lecciones de un historiador como Edmundo O’Gorman fue señalar que a los muertos no se les juzga, se les comprende."

(Sánchez González, Agustín, 2013, p. 32)