Manuel Álvarez Bravo se inició en la fotografía de forma autodidacta en la década de los años veinte, siguiendo de cerca la obra de Tina Modotti y Edward Weston. En una etapa de plena madurez artística, perteneció al gremio de artistas que se inspiraron en la belleza e inteligencia de la notable promotora del arte mexicano María Asúnsolo. ¿ A diferencia de la mayoría de sus retratos de pie o sentada, María Asúnsolo aparece aquí recostada sobre un sillón en un especial encuadre y juego de luz- sombra. La mirada se desplaza horizontalmente por la imagen del cuerpo de la galerista, mientras que su rostro apenas es perfilado; la postura de María recuerda a La maja vestida de Francisco de Goya. Álvarez Bravo dio igual preeminencia visual tanto a la sinuosa figura como a la luz que proviene directamente de la ventana. ¿ En la conjunción entre el sujeto principal y su entorno, esta imagen también establece cierto nexo con la obra de Juan Soriano Retrato de María Asúnsolo mujer y niña de 1941. ¿ Esta obra es una derivación simbólica de la representación femenina en la fotografía, y al mismo tiempo reflexiona formalmente sobre la naturaleza de la mirada del espectador, la atracción visual y la peculiar relación artista-modelo, elementos con los que Álvarez Bravo se insertó en la vanguardia de la fotografía mexicana moderna. ¿ Esta pieza fue parte de la donación de María Asúnsolo realizada al MUNAL en 1994.
Dafne Cruz Porchini