Luis
Juárez formó parte de la primera generación de pintores nacidos en Nueva
España. Desarrolló un estilo personal en el que acentuó la influencia flamenca
y suavizó las formas. La esmerada técnica con la que realizó toda su producción
e influyó en la formación de muchos otros pintores ha permitido que muchas de
sus obras lleguen hasta nuestros días sin problemas de conservación. Esta tabla
muestra algunas de las características del estilo del pintor: gran trabajo en
los detalles, remarca los pliegues de los paños, ilumina las escenas desde lo
alto y trabaja los rostros de los personajes con suma ternura. En el ángulo
superior izquierdo, entre las nubes y una fuerte luz, Dios Padre contempla la
escena que se desarrolla en la parte inferior y el Espíritu Santo desciende en
forma de paloma para dirigirse a María, quien después de sentir miedo por la
repentina presencia del arcángel Gabriel escucha el mensaje que le trae y se
somete a la voluntad divina. Por su parte, Gabriel dirige su mirada a María y
levanta su mano izquierda, en acritud de predicar la palabra divina, mientras
sostiene con la derecha una azucena, símbolo de la pureza y virginidad de
María. Esta obra ingresó al MUNAL procedente de la Pinacoteca Virreinal de San
Diego en el año 2000.