Imagen localizada en el catálogo de la exposición página 134
Descripción:
"Esta es una de las obras de mayor tamaño realizadas por Siqueiros en los años treinta, y la mejor prueba de su afán de llevar la pintura individual de caballete a la escala de murales públicos. De hecho, parece que Siqueiros construyó un andamio en su estudio de Taxco para pintar esta obra. El tema, como en el caso de Niños esclavos y de Perforistas, se basa en sus experiencias con los mineros de Jalisco, aunque sea también relevante en el contexto de Taxco, pueblo minero desafectado. Accidente en la mina guarda mayor relación con el tablero final del mural de la Escuela Nacional Preparatoria. Entierro del obrero, que con estas obras de caballete. Solemnes y luctuosos, resalta el espíritu de cooperación entre los obreros -el esfuerzo común de quienes llevan el féretro, y las figuras entrelazadas que apartan las piedras de un compañero caído, respectivamente. El rostro del minero sepultado es casi idéntico a los de las figuras del mural, y la tela roja que corre a lo largo del margen inferior tiene su parangón en el martillo y la hoz, pintadas en el ataúd azul del mural.
En sus memorias, Siqueiros dedica un espacio significativo a una historia divertida que involucra a la Sra. Alice Myers, una coleccionista de Santa Fe, Nuevo México, que intentó adquirir esta pintura en Taxco. Sin Embargo, tras su presentación en el Casino Español, la pintura fue adquirida por Vicente Lombardo Toledano, entonces director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, para la colección de esta escuela. Esta fue la primera obra de Siqueiros que ingresó a una colección pública en México. Tal vez porque Siqueiros consideraba que se trataba de una obra fundamental la llevó a Los Ángeles para ser expuesta; como muchas otras pinturas suyas, Accidente en la mina fue colgada sin marco cuando se presentó en la galería de Earl Stendahl. Existe un boceto a lápiz de 1931, muy elaborado, preliminar a la pintura final, uno de los pocos dibujos de este tipo conocidos, que indica el cuidado con que Siqueiros preparó la versión al óleo" (Oles, 1996, p. 134)