Museo Nacional de Arte

Andamios exteriores




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Andamios exteriores

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Andamios exteriores

Artista: FERMÍN REVUELTAS   (1901 - 1935)

Fecha: 1923
Técnica: Acuarela sobre papel
Tipo de objeto: Pintura
Créditos: Museo Nacional de Arte, INBA Donación Blanca Vermeersch Vda. de Maples Arce, 1992
Descripción

: Imagen localizada en el catálogo de la exposición página 70

Descripción:

"El primer libro de poemas estridentista fue Andamios interiores. Poemas Radiográficos (1922), de Manuel Maples Arce, novedoso tanto por su temática como por su estilo vanguardista. En éste, el poeta consigue crear exitosamente las que en adelante serán las directrices estéticas de la poesía del grupo: imágenes de una fuerte sonoridad y plasticidad donde se alude constantemente a las figuras de imaginario moderno: el eléctrico, el automóvil, los cables, el tren el ascensor, el telégrafo…

Fermín revueltas, entonces colaborador y amigo del poeta, realizó una acuarela a manera de homenaje para este libro, titulada Andamios exteriores (1923). En esta obra encontramos un paisaje urbano en el que efectivamente se aprecian unos andamios sobre los que trabajan un par de hombres, al parecer en algún lugar elevado, pues los elementos que aparecen en ella pertenecen al entorno citadino de las azoteas: postes con cableado eléctrico y grandes contenedores de agua. Los colores grisáceos y azules más opacos contrastan con los amarillos y cafés más vívidos de la zona donde laboran los obreros vestidos con sombrero, camisa blanca y pantalón azul.

Lynda Klich señaló que el homenaje de Revueltas podría ser un "chiste local" (inside joke) entre los estridentistas, pues uno de los críticos más conservadores del libro aseguró que había confundido el poemario con un manual sobre materiales de construcción. Más allá de este posible guiño, la pieza parece ser asimismo una reafirmación de las preocupaciones estéticas del grupo: el énfasis no está en la introspección y el mundo interior; los andamios importantes no son los del fuero interno, sino los del mundo exterior.

Por otra parte, existe una interpretación relacionada directamente con lo que se puede ver –en la medida de lo posible- en ella. A pesar de la luminosidad propia de la acuarela y el efecto cinético que otorga a sus formas –constatables en el papel corrugado, las manchas y las líneas poco definidas características de esta técnica- hay una cierta dificultad en vislumbrar Andamios exteriores en su conjunto. Las líneas de alta tensión "estorban" la mirada del observador y complican su avance por la obra: funcionan como un primer plano casi ubicuo que atenúa todo lo que hay detrás. En este sentido, pareciera que la pequeña acuarela funciona como metáfora de la dificultad del individuo para aprehender la totalidad de la ciudad. En dos de sus óleos anteriores donde aparecen paisajes urbanos, La indianilla (1921) y Puerto (1921), las líneas negras fueron incluidas, pero sin el papel abrumador que juegan en esta acuarela. Como percibe Silvia Pappe, la obra genera una "impresión más bien caótica", yo diría abigarrada, de una ciudad que ha desbordado a sus habitantes: "Cuando la ciudad pierde su carácter de totalidad en la conciencia revolucionaria y posrevolucionaria, son los aspectos e intereses fragmentarios a los que los poetas (y no sólo ellos) les buscan y encuentran imágenes adecuadas: novedosas en un caso, nostálgicas o desconcertadas y desconcertadoras en otros."

Los cables de luz o de telégrafo y sus grandes postes o torres eran parte del imaginario moderno que los estridentistas compartían con otros artistas. Podemos hablar, de hecho, de todo un repertorio iconográfico conformado por "figuras" de lo moderno –como las llama Simón Marchán Fiz- que encontramos tanto en la plástica como en la literatura…

El lugar por excelencia donde se encuentran estas figuras de lo moderno es el del paisaje artificial de la ciudad".

(King Álvarez, Esteban, 2013, p. 68, 70-71)