A la izquierda del primer término del cuadro se alza una columna, delante de una arquería. Está rematada por una pequeña y oscura figurita aureolada y, sobre su fuste se ve atado el cuerpo desnudo y doblemente asaeteado de un joven de largos cabellos. El muchacho dirige su mirada hacia arriba, donde flota una aureola punteada, idéntica a la de la figurilla columnaria.
El espacio medianero entre este primer término y los tres arcos del fondo está ocupado por una fila de seis mujeres y un enano, que se deplazan lateralmente de derecha a izquierda, pasando detrás del joven flechado. Sólo las dos más cercanas a él voltean el rostro para mirarlo, las demás miran hacia fuera o hacia el fondo, o se miran entre sí mientras conversan. Todas ellas visten largos túnicos y trajes muy complicados, con olanes, bordados, flores, festones y apliques. Mientras unas se cubren con delicados mantones, otras llevan los pechos al descubierto. Han arreglado sus cabellos en peinados muy elaborados. El enano, a manera de paje, ostenta un colmado frutero en las manos, viste unas calzas muy ceñidas y se adorna con un tocado que remata en una larga pluma. La concepción de los términos espaciales, la disposición de las figuras paralelas al plano pictórico y la compleja artificiosidad de atavíos y decorados sugieren un escenario teatral.
En una tablilla que cuelga del último arco de la derecha, una inscripción ostenta el lugar de ejecución, fecha y autor de la obra: "Firenze. MCMVIII. Montenegro".
Vulnerant omnes, ultima necat, es decir, Todas hieren, la última mata, sirvió de modelo o cliché para una de las estampas del álbum que Roberto Montenegro hizo imprimir en París, con un prólogo del poeta simbolista francés Henri de Régnier (Vingt Dessins de R. Montenegro, París, Société Générale d'Impression, 1910). En ese álbum recopiló trabajos dibujísticos realizados durante los últimos años de su primera estancia formativa en Europa. Le corresponde a este dibujo el número XVI, y viene inmediatamente después de otra composición de asunto relativamente afín, "Les tentations", marcada con el número XV. Una y otra constituyen interpretaciones o variantes muy personales de motivos tradicionales de la iconografía cristiana: el martirio de San Sebastián y las tentaciones de San Antonio, respectivamente. En ambas, un personaje masculino aparece rodeado por tentadoras mujeres ataviadas suntuosamente y medio desnudas, y por grotescas figuras de enanos portando cestillos con frutos. Con todo, los títulos originales impresos al calce de dichas estampas se abstienen de mencionar de modo explícito a los santos allí aludidos. El nombre de "San Sebastián" fue un añadido, si bien temprano y acaso dado por el mismo Montenegro.
En febrero de 1911, el propio artista cedió Vulnerant omnes, ultima necat a la Escuela Nacional de Bellas Artes, junto con el de Fons vitae (La fuente de la vida, incorporado al álbum parisiense de 1910 con el número V) y una Cabeza al óleo, para cumplir con una disposición del reglamento escolar, según la cual los pensionados estaban obligados a ceder, sin retribución, algunas de las obras ejecutadas en el transcurso de sus estudios en el extranjero para enriquecer las galerías del establecimiento. (AGN, IPyBA, ENBA, documento núm. 1475)
Se incorporó al acervo en 1988.
Fausto Ramírez
BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL
Roberto Montenegro (1885-1968), Academia de Artes-Instituto Nacional de Bellas Artes, México, 1970.
Alvarez Roiz, María Teresa Soledad. "Dos momentos en la obra de Roberto Montenegro: La Revista moderna (1903-1911) y Le Témoin (1907-1909)". Tesis (inédita) de Licenciatura en Historia del Arte, Universidad Iberoamericana, México, 1978.
Ortiz Gaitán, Julieta. Entre dos mundos: Los murales de Roberto Montenegro. Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1994.